No sé qué narices quiero. Parece que sea obligado querer alguna cosa. La educación de la posesión. Del deseo. De la ambición. ¿Y si realmente lo que quiero es no querer? Nada, o a nadie. A veces el propio deseo de querer confunde deseo real con un conato de algo parecido. Pero las piezas del puzzle encajan o no encajan, y no se pueden forzar. Te gustaría querer pero en realidad no quieres. Ambigüedad por capas de mentiras entre lineas. Y entre renglón y renglón, encuéntrate. Menudo papelón. No sé qué narices busco. Si al menos tuviera una aguja en un pajar con la que entretenerme. Entre tener y no tener, quién sabe lo que es mejor. Depende de lo que tengas, supongo. A diós no puedo poner com testigo porque no existe. ¿Algo que es ficción es real? ¿La imaginación no cuenta como verdad? La verdad es que no lo sé. Ha sido una bella noche entre luces de colores y una chica de colores en la penumbra. Creo que es justo eso. ¿La quiero iluminar o prefiero dejarla en ese terreno misterioso de lo que no pasa? ¿Querría ella ser iluminada, o no necesita luces ajenas? ¿Vale la pena intentar hacer realidad según qué fantasías, o mejor dejarlas en ese terreno? Si hemos venido a vivir, ¿domesticar la imaginación no es morir un poco? No sé qué narices quiero, ni por qué escribo todo esto. Me siento raro. Me falta un algo para ser todo yo. Como si hubiera perdido alguna pieza por el camino. ¿Es posible ir a menos?¿Involucionar? ¿Será el paso previo a revolucionar? En una realidad tan extraña, me siento menos y no sé cómo leerme. Se me están cayendo letras, y ya casi no tengo ni nombre.
dijous, 30 de juliol del 2020
PeRdidO eN Mi hAbiTaCióN
No sé qué narices quiero. Parece que sea obligado querer alguna cosa. La educación de la posesión. Del deseo. De la ambición. ¿Y si realmente lo que quiero es no querer? Nada, o a nadie. A veces el propio deseo de querer confunde deseo real con un conato de algo parecido. Pero las piezas del puzzle encajan o no encajan, y no se pueden forzar. Te gustaría querer pero en realidad no quieres. Ambigüedad por capas de mentiras entre lineas. Y entre renglón y renglón, encuéntrate. Menudo papelón. No sé qué narices busco. Si al menos tuviera una aguja en un pajar con la que entretenerme. Entre tener y no tener, quién sabe lo que es mejor. Depende de lo que tengas, supongo. A diós no puedo poner com testigo porque no existe. ¿Algo que es ficción es real? ¿La imaginación no cuenta como verdad? La verdad es que no lo sé. Ha sido una bella noche entre luces de colores y una chica de colores en la penumbra. Creo que es justo eso. ¿La quiero iluminar o prefiero dejarla en ese terreno misterioso de lo que no pasa? ¿Querría ella ser iluminada, o no necesita luces ajenas? ¿Vale la pena intentar hacer realidad según qué fantasías, o mejor dejarlas en ese terreno? Si hemos venido a vivir, ¿domesticar la imaginación no es morir un poco? No sé qué narices quiero, ni por qué escribo todo esto. Me siento raro. Me falta un algo para ser todo yo. Como si hubiera perdido alguna pieza por el camino. ¿Es posible ir a menos?¿Involucionar? ¿Será el paso previo a revolucionar? En una realidad tan extraña, me siento menos y no sé cómo leerme. Se me están cayendo letras, y ya casi no tengo ni nombre.
dimarts, 7 de juliol del 2020
tHe eNd Of ThE fuCKiNg woRLd
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