El silencio de la calle en las noches de toque de queda. Inquietante y maravilloso a la vez. Terrorífico, distópico y utópico. Hay tantas cosas que adoro de la pandemia. Y tantas otras que detesto, o que echo terriblemente de menos. Esta noche hace justo 8 meses que no salgo a bailar. Bueno, hace un mes bailamos en un Manchester vacío en noche de lunes festivo, cuando todavía se podía ir a hacer una copa hasta la 1h. Nos parecía pírrico, y ahora pagaríamos por ello. La mejor manera de cargarte libertades es la terapia de shock. Y a la que luego liberen un poco las restricciones, nos parecerá una maravilla. No me quiero creer las teorías conspiranoicas más paranoicas, pero sí estoy firmamente convencido de que el establishment está aprovechando para hacernos retroceder unos cuantos pasos en derechos civiles y libertades bajo la excusa de la seguridad. Ya lo hicieron con el 11-S, y ahora tres cuartos de lo mismo. Las contradicciones y el sinsentido de muchas de las medidas de las administraciones son clara prueba de ello. Somos ratas de laboratorio, y nunca seremos libres. De la misma manera que no existen las democracias, aunque nos quieran hacer creer que sí. En el momento en que los poderosos se dieron cuenta de que dándonos lo suficiente como para tener algo que perder y un poco de educación para civilizarnos se aseguraban el statu quo, se acabó cualquier opción de revolución y progreso real en el mundo occidental. Todo supeditado al capitalismo y al neoliberalismo más salvajes, y al miedo a perder lo poco que tuviéramos, fuera un sueldo miserable o un techo con un alquiler indecente; y a la que alzásemos un poco la voz o quisiéramos cambiar pilares básicos del sistema, represión policial y campaña de criminalización mediática, y problema solucionado. Se llame 15-M, se llame independentismo, se llame regulación de los alquileres, se llame referéndum sobre la monarquía, o se llame como se llame. Que hayamos interiorizado y asumido tan rápidamente conceptos como 'confinamiento', 'cuarentena', 'estado de alarma' o 'toque de queda' dice mucho de nuestra sociedad. Para bien y para mal...
dimarts, 10 de novembre del 2020
dimarts, 22 de setembre del 2020
gRiS-TiNa
Viaje auricular a Bristol, en un pasado que, como todos los pasados, ya pasó. Quería nadar pero sólo he caminado, aunque haya habido gotas salpicando. Me ha dado por ahí, como podía haberme dado por otra cosa. Sé que no será algo persistente y longevo, pero habrá que aprovechar el tirón mientras dure para aplanar redondeces inéditas. Hay que intentar compensar la inactividad obligada, aunque quisiera recuperar otras cinemáticas más lúdicas. Acostumbrarse a que no pase nada es peligroso, aunque me gusta no esperar nada de nadie. Cuando lo hago, siempre acabo decepcionado, frustrado y rabioso. Esta noche volvía a casa y a lo lejos, al fondo de la calle donde ella vivía, me ha parecido verla dos veces en cuestión de minutos, o quizás hayan sido segundos. No era, pero mi cabeza ha querido verla y me ha hecho acelerar el paso, provocando la contradicción de que, en realidad, no quiero verla. O quizás sí, para decirle todo lo que no pude decirle por las circunstancias. Me gustaría enviarla a la mierda, que es lo único que se merece. Ya no me duele tanto, pero sigue apareciendo en mi mente difícil de domesticar. Lucho por sobrevivir, como todo el mundo, aunque a veces me asfixie el enorme peso de esta vida teñida de gris.
dimarts, 8 de setembre del 2020
LaVAdORaS
Vuelta a las rutinas. Odio las rutinas. Intento afrontarlo con espíritu positivo. Un par de reveses. Uno duele especialmente, porque donde dijo digo dice Diego. Y a estas alturas de septiembre, ya no estamos a tiempo de buscar alternativas inmediatas. Mi intuición vuelve a acertar, lamentablemente esta vez. El subnormal de abajo se ha desbocado este fin de semana, aprovechando las ausencias familiares. Me harté y le grité, y luego me di cuenta del error. Debería haberlo grabado. O como me decían hoy, haber llamado directamente a la Urbana y que le hubieran multado. Estoy hasta las narices de él. Decidí recuperar la iniciativa de la historia. No soporto el conflicto ni las guerras, pero estoy decidido a ir a por él si es necesario. Ha superado todos los límites permisibles. Por culpa del puto trabajo me pierdo el concierto de Mujeres. Por culpa del puto trabajo me pierdo gran parte del BAM. He hecho los Euromillones. La esperanza es lo último que se pierde. Y lo primero, los calcetines en la lavadora. De uno en uno. Las lavadoras son puertas a una nueva dimensión. Me gustaría entrar en una nueva dimensión donde estemos sólo juntos... yo, porque no hay tú que merezca la pena. Nunca diré suficientes veces lo mucho que amo la música. Es lo único que consigue haceme latir el corazón a 200. Qué narices, a 300, y subiendo...
dimecres, 2 de setembre del 2020
bOoM!!!
Día raro. Cielo gris, cerebro negro. El subnormal de abajo me ha vuelto a despertar. A las 8 de la mañana. Rabia, rabia, rabia. Odio, odio, odio. Violencia, violencia, violencia. He acabado 'Éramos Unos Niños', y casi me ha gustado tanto como me ha hecho ver cuánto necesito una historia así. Me siento plano. Vacío. Aburrido. Apático. Desganado. Desmotivado. Asocial. Apagado. Desconectado. Desilusionado. Inerte. Reseco. Soso. Apenumbrado. Aletargado. Solitario. Huraño. Asexual. Alejado de mi mejor yo, si es que he llegado alguna vez a eso. Suelo bajar al sótano, y parece algo cíclico. Sentirse atrapado en una realidad que no te gusta. Atrapado por la insatisfacción eterna. Como si tu mundo fuera esa prenda de ropa que se te ha quedado pequeña y ya no te viene. Pero no tienes nada que ponerte en su lugar. Y tengo la sensación de que todo el mundo está igual. Somos la generación hueca. Nos revolcamos en nuestra mierda, y cuando no la hay, la generamos. Víctimas de la obligación de ser felices. Esclavos de la criminalización de la tristeza o del punto neutro. Espectadores de un mundo hostil y polarizado. Y huérfanos de una educación emocional que nos prepare para los demonios internos y externos. Me encantaría tener el botón que hiciera explotar el mundo.
dilluns, 31 d’agost del 2020
eL OdiO NeCesARiO
Cuando era pequeño, no recuerdo si todavía en la época en la guardería o en los primeros cursos de escuela, en mi clase había una niña profundamente repelente y consentida, hija de una profesora. Yo era un niño súper tranquilo y callado, pero aquella niña fue una de las primeras personas a la que odié en mi vida. Era un odio profundo, no la soportaba. Me enervaba. Recuerdo perfectamente que tenía enormes ganas de tirarle del pelo. Supongo que fue uno de mis primeros contactos con mis vísceras.
Años más tarde, estaba jugando tranquilamente a fútbol en la calle con mis amigos. Llegó un niño de la calle de al lado que hacía tres como yo, y empezó a meterse conmigo de manera gratuíta y a llamarme pequeñajo y a insultarme sin motivo alguno. Yo seguí jugando y aguantando. Jugando y aguantando. Jugando y aguantando... hasta que exploté, fui para allí y le di una patada brutal en la espinilla con toda mi rabia acumulada. Empezó a sangrar y a llorar, y mi tío pasaba por allí y vio ese escenario a posteriori, y me acabó cayendo la bronca a mi. Esa fue seguramente la segunda vez que tuve conocimiento de mis vísceras, y la primera que me di cuenta de lo injusto que puede ser el mundo si no tiene toda la información o si recibe un relato sesgado o parcial de la realidad.
A lo largo de mi vida he ido sintiendo muchas veces esos impulsos viscerales, la rabia y el odio cuando había situaciones injustas, egoísmos, incivismos y situaciones similares. Y ahora me vuelve a pasar con un par de vecinos de esos que se piensan que viven solos en el mundo, y tienen cero empatía y respeto por los demás. Por mucho que he intentado hablar con ellos y hacerles ver que estaban molestando a los demás, les entra por una oreja y les sale por la otra. Y creo que he llegado al punto previo a la gran explosión. No puedo con ellos. Les ODIO profundamente, y siento ganas reales de ejercer violencia contra ellos. Verbal o física, me da lo mismo. Eso no quiere decir que la vaya a ejercer, pero ese es el nivel de carga al que he llegado. No puedo llegar a entender su actitud y su manera de ir por la vida. Me esfuerzo por ser una persona discreta y que haga la vida lo más fácil posible a la gente que me rodea, aunque a la mayoría ni les conozco. Soy plenamente consciente de que vivo rodeado de más gente, y que cada uno tenemos nuestra propia vida y nuestros propios horarios, e intento respetarlo de la manera más escrupulosa posible. Por eso no puedo comprender que haya gente a la que se la sude todo. Me saca de mis casillas. Y desearía que desaparecieran de mi vida, porque la hacen infinitamente peor y sacan cosas de mi que no me gustan. Gente tóxica y que desprenden y contagian su negatividad. Ojalá no os volviera a ver ni a sufrir nunca más. Os odio con todas mis fuerzas.
dilluns, 17 d’agost del 2020
tAXidÈRmiA
Buscar les paraules per estirar del fil. Poques coses fan més ràbia que els cables entortolligats que no hi ha manera de deslligar. Ara mateix tinc un bon embolic i un punt de desgana. Dues setmanes per endavant i moltes absències. Espiral sense fi. Carreró sense sortida. Sensació d'haver passat abans per aquí i no saber com sortir-ne. Aquell punt de grisor apàtica quan no passa res extraordinari ni coneixes ningú excitant. Com aquella bossa que vola i vola per l'aire sense rumb ni sentit, ara cap aquí, ara cap allà. I encara sort que és estiu i pots esquivar la rutina escapant aquí i allà, aïllant-te al mar o a un terrat en càlides matinades. Fa dies que tinc la temptació de trucar antigues amants per matar l'avorriment i sentir alguna cosa que sigui una mica emocionant, ja que a l'única que tinc ara mateix se li han passat les ganes de fer bogeries. No suporto no sentir, perquè al cap i a la fi és com estar mort. I probablement ho estigui i necessiti una sacsejada. M'agrada estar tranquil però necessito no estar-ho. Com es fa per mantenir una pausa interna i esvalotar la vida exterior? M'he perdut i no em trobo. No trobo el que busco perquè no sé què és, o ni tan sols si existeix. Ni tan sols sé si existeixo. No sé si d'això se'n pot dir així. No sé on coi sóc ni què cony estic intentant dir...
dijous, 13 d’agost del 2020
LluMs eN La foSCoR
Escric això per recordar per sempre aquesta nit. No perquè sigui especial. Totes ho són. Però vull retenir la calma d'una agradable nit d'estiu a la llum de les guirnaldes sense molta de la gent de la que viu habitualment per aquí. És com haver conquerit definitivament l'espai i fer-lo meu. Pujar al terrat com si fos una extensió de casa meva, perquè en el fons ho és. Sentir la felicitat d'una decisió que va ser més aliena que pròpia, i que em va donar molts mals de cap i molta bilis, i sensació d'haver-me traït a mi mateix. Però que a mig termini m'ha portat a una estabilitat. Com a mínim en aquest àmbit de la vida, em sento feliç. I afortunat. Tot el que pugui no ser-ho en d'altres aspectes. Suposo que al final unes coses i altres es compensen, en una mena d'ordre universal. O potser és pura palla mental, jo no he inventat la vida.
Ahir explicava a una amiga amb la que feia un temps que no parlàvem com de malament va acabar la història amb Mrs. Bizarre, i li vaig dir que ara mateix no podia perdonar-li el que m'havia fet ni com m'havia tractat. I em va dir que això volia dir que seguia tenint-la present i que no es mereixia aquesta atenció. Em va fer pensar. El combat entre vísceres i cervell mai és fàcil. A mi normalment em poden les primeres. Però també Morenita Amelie m'havia donat un consell que anava pel mateix camí. I en el fons sé que hauria d'aconseguir fer aquest pas. Per esborrar-la del meu cap i que no ocupi una part de mi que no es mereix. Per treure'm energies negatives. I també per fer-me un favor a mi mateix. M'agrado molt més quan creixo i sóc jo mateix sense dependències. Però admeto que encara sento molta ràbia dins meu, i no he pogut tancar la història amb una conversa definitòria. Això fa especialment mal. Potser li hauria d'haver enviat aquell mail que era com una bomba nuclear. Però en part no fer-ho va ser un bon pas per salvaguardar-me a mi mateix. M'agradaria escriure tot això d'una forma més poètica, però em sento cansat. Potser està be tornar a l'inici, mirar totes aquestes llums de colors, sentir l'aire pentinar-te l'ànima, i pensar feliç que demà podré dormir novament 8 hores i tots els elements tòxics de la meva vida recent seran ben lluny.
cOMbatE dE eStReLLaS cíNiCAs
Metido en el cuadrilátero de luces que apuntan al cielo. Susurros de Jeff en los auriculares, en una magnífica noche de verano. Semana fantástica, en la que casi todo el mundo alrededor se ha ido de vacaciones. Ojalá todo el año mis vecinos estuvieran de vacaciones. Desearles algo bueno es puro amor, verdad? Que todo esté tranquilo cuando no están es la clara demostración empírica de que el problema son ellos. El lugar se convierte en idílico, y hoy hasta he podido dormir más de 8 horas sin que nadie rompiera el silencio. Varios cables decoran una soledad a veces querida y a veces no. Pero aquí me siento bien. Es mi sitio. Por eso lo defiendo con uñas y dientes. Por eso lucho por mantenerlo civilizado, respetuoso, cívico. Aunque eso me lleve a enfrentarme a gente. Siempre he odiado el conflicto. Siempre lo esquivaba. Huía de él fuera como fuera. Pero llegó un punto en que empecé a hacer uso de él si hacía falta. Aunque sigue sin gustarme. Nada. Soy el primero que me gusto más cuando sonrío y lo hago todo sencillo y agradable, para mi y para los demás. Cuando voy a mi aire y les ignoro. No me gusta nada ser ogro, pero si hay que serlo, lo soy. Es el precio a pagar por la imbecilidad y el egoísmo ajenos. Hace un momento acabó de hacer callar a unas francesas que hablaban a gritos a las 3 de la mañana en el patio de los apartamentos turísticos del otro lado de la calle. La gente es subnormal perdida. Estoy harto de gente que se cree que vive sola en el mundo, ignorando a los demás como si fuéramos mierda. Como si no tuviéramos vidas propias, con nuestras movidas, y nuestros horarios, nuestros sentimientos, nuestros problemas, nuestro derecho a vivir tranquilos... la más absoluta deshumanización del entorno. No sé si nos educan para que nos saquemos los ojos los unos a los otros, o simplemente es egoísmo innato fruto del cretinismo global de nuestras vidas triviales en la era de las redes sociales. Yo qué sé. Pero el conflicto con el mundo exterior es constante. Algunos dirían que es el reflejo de un conflicto interno, y podría serlo. Pero sinceramente, me parece justo lo contrario. Soy consciente de mis muchas mierdas interiores, las asumo y las gestiono como puedo, pero no tengo por qué trasladárselas al resto del mundo. Ya tienen su propias mierdas también. Pero no tienen por qué trasladárnoslas a los demás.
Quizás sea algo tan simple como lo que decía Maeve hace un momento: los demás siempre acaban decepcionándote, y al final generalizas el rencor. Como decía días atrás, los demás son los que no te permiten hacer realidad muchos de tus deseos, y eso los acaba convirtiendo en detestables.
dilluns, 10 d’agost del 2020
eL ReSto MoLeStA
Hoy es de esas noches que la música cala. Noches de poros abiertos. Estos momentos también son increíbles, pero estos sí que me los creo porque no dependen de terceras personas que te vayan a decepcionar antes o después. Siempre pasa. Me sigue alucinando que salga de música de algo que no sean músicos tocando: sea un vinilo, un cassette, un mp3, o un video de Youtube. Algo irreal e invisible que sientes DE VERDAD dentro tuyo, tocándote puntos G vaporosos de eso a lo que llaman alma. O esencia. O espíritu. O lo que te dé la gana. El mundo es lo que nosotros queramos que sea, con la terrible y enervante interferencia de todo lo que quieren los demás. Los demás siempre molestan. Son la barrera que separa realidad y deseo. Y a mi la realidad no me gusta nada. No hay por donde cogerla. Más bien te coge ella a ti.
dimarts, 4 d’agost del 2020
bORboNeS LAdRoNeS (y OtRAs rEduNdANciAs)
dilluns, 3 d’agost del 2020
hONey
dijous, 30 de juliol del 2020
PeRdidO eN Mi hAbiTaCióN
No sé qué narices quiero. Parece que sea obligado querer alguna cosa. La educación de la posesión. Del deseo. De la ambición. ¿Y si realmente lo que quiero es no querer? Nada, o a nadie. A veces el propio deseo de querer confunde deseo real con un conato de algo parecido. Pero las piezas del puzzle encajan o no encajan, y no se pueden forzar. Te gustaría querer pero en realidad no quieres. Ambigüedad por capas de mentiras entre lineas. Y entre renglón y renglón, encuéntrate. Menudo papelón. No sé qué narices busco. Si al menos tuviera una aguja en un pajar con la que entretenerme. Entre tener y no tener, quién sabe lo que es mejor. Depende de lo que tengas, supongo. A diós no puedo poner com testigo porque no existe. ¿Algo que es ficción es real? ¿La imaginación no cuenta como verdad? La verdad es que no lo sé. Ha sido una bella noche entre luces de colores y una chica de colores en la penumbra. Creo que es justo eso. ¿La quiero iluminar o prefiero dejarla en ese terreno misterioso de lo que no pasa? ¿Querría ella ser iluminada, o no necesita luces ajenas? ¿Vale la pena intentar hacer realidad según qué fantasías, o mejor dejarlas en ese terreno? Si hemos venido a vivir, ¿domesticar la imaginación no es morir un poco? No sé qué narices quiero, ni por qué escribo todo esto. Me siento raro. Me falta un algo para ser todo yo. Como si hubiera perdido alguna pieza por el camino. ¿Es posible ir a menos?¿Involucionar? ¿Será el paso previo a revolucionar? En una realidad tan extraña, me siento menos y no sé cómo leerme. Se me están cayendo letras, y ya casi no tengo ni nombre.
dimarts, 7 de juliol del 2020
tHe eNd Of ThE fuCKiNg woRLd
dijous, 21 de maig del 2020
sLoW dOwN
*Hablando de demonios internos, esta noche he visto un documental muy recomendable sobre Dennis Rodman. No soy ningún fan del baloncesto, aunque había jugado de pequeño y tuve mis años de comprarme revistas de basket. Pero la historia humana que hay detrás es realmente interesante (y muy triste también...)
dimarts, 19 de maig del 2020
dEsVAríOs 84
Perderle el miedo a tus miedos. Sacarle el látigo al espejo y no temer por los 7 años de mala suerte. ¿Qué son 7 años al lado de toda una vida? ¿No vale la pena arriesgarse y aspirar a un reflejo mejor? Quiero ser mi amor platónico, pero sin romanticismo alguno. Las flores muertas son bellas, porque una vez lo fueron y la belleza permanece para siempre. Aunque la rabia nos diga que no. La rabia es el motor, pero también puede ser el freno. Acelera hacia el abismo y siente la caída. Una emoción verdadera bien vale una vida. Legión de robots a tu alrededor. Hipnosis de cerebros en letargo. Caminan por inercia. La inercia de la desidia. Quien no tiene nada que perder es peligroso. Quien no tiene nada que ganar obedece. La división del goce lo tiñe todo de oscuro elegante y sombrío. ¿No es el negro el color más bello? El que no deja ver y genera preguntas. Pregúntame y cuestiónate. Cuestionarse es la clave de todo. Perderle el miedo a tus miedos. Y no ser tan estúpido de tomarte en serio jamás de los jamases.
dilluns, 18 de maig del 2020
iSoLAtiOn
Hace un par de noches escribí el mail que necesitaba para acabar de sacar toda la mierda. Era un texto crudo y duro. Muy duro. La bomba para autoinmolarme llevándomelo todo por delante, a ella incluida. Habría sido demasiado lesivo para ella. La conozco mucho, y sé que le habría hecho mucho daño y la habría dejado muy tocada leerla. No era ese mi objetivo. Simplemente necesitaba vomitarlo y verlo escrito. Ordenarme la mente y las vísceras. Y sentirme aliviado, como cuando vomitas literalmente. Al principio sí que pensé en escribirle alguna cosa para enviársela hoy. Justo hoy, 18 de mayo de 2020. 40 años después del suicidio de Ian Curtis. Una figura icónica y con significado para ambos. El que nos cantó tantas veces, aún no habiendo nacido ella y siendo un niño yo. Pero cuando empecé a escribir y mis dedos se pusieron a teclear balas, entendí que estaba haciendo eso para mi, y no para ella. Enviarlo habría sido una pésima idea. Haciéndole daño yo no ganaba nada, por mucho que la rabia me nublara la vista por momentos gritándome que se lo merecía. Quizás ella se lo mereciera, sí, pero yo no merecía arrastrarme a la altura de una víbora para obtener infructuosa venganza. Al final se trata de eso. De ponerse a uno por delante. De quererse. De decidir tú mismo quién quieres ser y cómo quieres hacer las cosas, por muchas provocaciones, torpezas o malos tratos que recibas de otras personas. Y eso no excluye ser impulsivo o explosivo a veces si esa es tu naturaleza (esa es mi naturaleza). Simplemente hay que saber elegir el momento y la persona.
El amor nos destrozará una y otra vez, eso ya lo cantaba Ian. Y a cada hostia recibida, más fuerte te harás. Al final, todos nos sentimos igual de solos y aislados, y eso no lo cambiarán todas las parejas del tipo que sea que uno acabe coleccionando en la vida.
Surrendered to self preservation,
From others who care for themselves.
A blindness that touches perfection,
But hurts just like anything else.
dimecres, 13 de maig del 2020
vOMitO CAtaRSis
En los últimos días han muerto Little Richard, Betty Wright, Florian Schneider o Dave Greenfield; me han suspendido el Primavera Sound (y el Vida está al caer); y por tercer año desde que te conozco, no me has felicitado el cumpleaños. Curiosamente, las tres veces estabas desaparecida, en uno de tus típicos ataques de cobarde invisible que no sabe afrontar las cosas como una persona madura. Camino de 9 semanas ya desde la última vez que diste señales de vida. La diferencia esta vez es que no me he preocupado en intentar contactar contigo, ni en esta situación de confinamiento, ni por mucho que estés (o no, la verdad es que no sé al final qué narices hiciste ni donde te confinaste) con el tarado del que me hablaste. Me da exactamente lo mismo. Lo que me da rabia es que me saliera el instinto protector cuando me lo contaste y me dijera a mi mismo que en ese momento y esas circunstancias no podía dejarte tirada y tenía que estar a tu lado, frenando de cuajo mi intención de decirte aquél día que no quería volver a verte. En las dos semanas siguientes te ofrecí hasta 4 alternativas para ayudarte a salir de ese piso momentáneamente mientras buscabas algo con calma. Pero una vez más, pasaste de mis intentos de ayudarte, algo que realmente me intriga, porque siempre que he intentado echarte una mano en algo, lo has rechazado dándome largas o diciendo una cosa y haciendo otra. Es tu problema, no el mío. Al final me di cuenta que no soy un superhéroe con capa que tenga que venir a salvarte por la ventana. Ya eres mayorcita, y tú eres la única responsable de tus errores y malas decisiones, y de las consecuencias que comporten. Por ejemplo, quedarte sola, aíslada, sin amigos... en una situación tan complicada como la que te metiste tú solita. Sigo sin entenderte, y sigo sintiendo enorme rabia por la ocasión que nos robaste. Pura cobardía, tal y como tú misma me reconociste. A pesar de sentir algo por mi, tal y como tú misma me reconociste. Yo también sentía algo (mucho) por ti, tal y como te había dicho abiertamente, porque no tenía nada que esconder. Pude hacer cosas mal, pero fui de cara. Fui valiente y sincero. Y ese fue seguramente mi gran error, y la gran causa de que te entrara el miedo cuando ya habíamos roto el hielo y ya había pasado lo que tenía que pasar desde hacía meses. Todo fluía de manera natural, hasta que tú decidiste boicotearlo. Y a partir de ahí todo fueron decisiones erroneas por tu parte, mezcladas con mis impulsos irreflexivos en un cóctel de confusión e incomprensión absolutas. Resulta increíble que una conexión tan brutal se haya roto en 1000 pedazos. Sobre todo por la forma. Has traicionado completamente la relación que teníamos, fuera lo que fuera y lo llames como lo quieras llamar. Has destrozado violentamente la confianza que te tenía. Eres, de largo, la mayor decepción de mi vida. Y ahora mismo te odio profundamente por ello.
dimarts, 5 de maig del 2020
RocKdEluXe (1984 - 2020)
dilluns, 27 d’abril del 2020
cOVid-19(84)
Sexta semana de confinamiento. Hay momentos que pienso que podría quedarme perfectamente en mi casa para siempre jamás. Entiéndase en estas condiciones de poder salir una vez a la semana para ir a hacer la compra y bajar la basura, y poder teletrabajar para pagarme mis cosas. El único 'pero' sería poder deshacerme de los 4 imbéciles incívicos que nos tocan a tod@s de vecinos, por pura proporción de estupidez humana. En mi caso, ahora mismo no me importaría que desaparecieran para siempre unos cuantos personajes: los italianos del edificio colindante que se mudaron hace relativamente poco y que confunden los conceptos 'hablar' y 'gritar', y no acaban de tener claro que a las 4 de la mañana no se puede ver la televisión a todo trapo. También al subnormal maleducado que sale al patio a hacer llamadas y videoconferencias constantes a gritos, no sea que haya algún vecino en 7 kms. a la redonda que no se entere (es el mismo mongolo que llegó a lo grande al vecindario 6 años atrás, haciendo barbacoas en unos bajos...). Y hablando de bajos, el de los míos (entiéndase de mi edificio...) también acoge a otro espécimen egoísta al que le he dicho 1000 veces de buenas maneras (y una vez hasta con una ocurrente y creativa, a la par que simpática, lluvia de papeles con las palabras 'civismo', 'respeto', 'convivencia' y similares que invadieron su patio) que por favor no sea tan escandaloso cada vez que sale al patio a fumar como el maldito yonqui que es, tosiendo a 10.000 decibelios de manera asquerosamente desagradable. Especialmente si son las 7 de la mañana o la una de la madrugada, por poner dos ejemplos de su extenso abanico horario de funciones nauseabundas e invasiones acústicas en mi hogar. Podría hacer extensiva la lista a las adolescentes de otro de los patios que se ponen a jugar al deporte con la pelota más ruidosa de todas, el voleibol; o a algún episodio puntual de músicas excesivamente altas; o a la nueva pareja del piso colindante que algún día de buena mañana se han puesto a gritar en su cocina que da pared con pared mi habitación; pero con los 3 primeros ya me conformaría. Convivir 24 horas al día durante 6 semanas con toda esta fauna ha aumentado toavía más mis habitualmente altos niveles de misantropía. Sí, echo de menos a mis padres, o incluso a algun@s de mis amig@s, pero creo que, al final, podría vivir perfectamente sin el 95% de las personas que rodean mi existencia. Y no lo digo como desprecio, sino como evidencia real. De la misma forma que el 99'9% del planeta podría vivir sin mi. O de la misma manera que tod@s podríamos vivir sin el 90% de las cosas que tenemos en casa, o de las actividades con las que llenábamos hasta hace mes y medio nuestras erráticas vidas.
Y a todo esto, esta noche he visto dos episodios que me han dejado helado de un programa de TV muy interesante que he descubierto estas semanas (básicamente porque los domingos trabajo hasta tarde, y normalmente no suelo ver demasiado la televisión. Por no decir casi nada...): 'No Pot Ser'. Se trata de un espacio divulgativo de formato reportaje con entrevistas sobre tecnología, innovación, etc, para explicar y describir el mundo futuro (o no tanto...) que nos espera a corto/medio tiempo. Hoy han emitido un capítulo nuevo y otro de la primera temporada sobre fake news, bots, el negocio de los datos... y ha sido realmente espeluznante tomar conciencia de todo eso. A ver, quien más quien menos, cualquier persona con dos dedos de frente y un poquito despierta sabe que llevamos años regalando datos y gran parte de nuestra privacidad a través de las redes sociales (o aquí mismo, en un blog supuestamente anónimo pero que en alguna parte del planeta puede haber alguien que sepa perfectamente quién hay detrás y montones de cosas sobre mi por algo tan simple como la IP). Pero el caso es que en el programa había ejemplos realmente increíbles. Desde un simple juego para el móvil aparentmente inocente con el que alguien puede llegar a controlar tu ubicación o recorrido geográfico a tiempo real (o lo que hiciste el día tal de tal año), hasta los nuevos métodos de reconocimiento facial o dactilar con los que pueden llegar a tenernos controlados a todas horas y lugares (y generar un sistema a lo Black Mirror de premios y castigos en función de tu comportamiento social, como ya están probando en China). O la facilidad de manipular la opinión pública mediante fake news o perfiles falsos de twitter para dar falsas percepciones de una realidad totalmente distorsionada, o la capacidad de gigantes como Facebook o Google para decantar unas elecciones con algo tan simple como la búsqueda predictiva... muy recomendables los dos episodios. Los dejo aquí, por si os interesa el tema (son en catalán, pero es fácil de entender, a no ser que seas un tarugo intolerante y xenófobo, que también podría ser...).
Todo esto me ha hecho pensar en lo que ha pasado hoy con la salida a la calle de padres con niños, desde distintos ángulos: por una parte, la imbecilidad de algunos irresponsables que han puesto en riesgo tantas semanas de esfuerzo colectivo, sin importarles una mierda los demás, y en un ejercicio de amnesia instantanea, inconsciencia mendruga, y egoísmo neanderthal. Y por otra parte, en cómo a partir del comportamiento de unos cuántos tontopollas, se puede llegar a generalizar y estigmatizar a todo un colectivo (en este caso, los padres/madres; y en otros que llevamos viviendo los últimos años, las feministas, los independentistas, los migrantes, etc.). Manipular la opinión pública de segmentos de población perfectamente acotados y determinados nunca ha sido tan fácil ni tan barato. Estamos creando un mundo de mierda que da mucho, muchísimo miedo. El terreno está perfectamente abonado para la sociedad del control total, de la manipulación dirigida, del egoísmo y el miedo. Preparémonos, porque lo peor que vendrá tras la crisis del coronavirus no será la "terrible" recesión económica que nos están anunciando a los cuatro vientos, en otra jugada para ir preparando el terreno. Infundir el miedo es la mejor manera de seguir recortando derechos civiles básicos sin que casi nos demos cuenta. En occidente hace años que las guerras no se hacen con bombas, y que la esclavitud se ejerce sin necesidad de cadenas físicas. Y gran parte de la responsabilidad es nuestra...
dimecres, 15 d’abril del 2020
VeNTanAs dEL APocaLiPSis
Hace un mes que no toco a nadie. Literalmente. No hablo en sentido puramente sexual. Hablo en cualquier sentido. Un mes sin ejercitar el sentido del tacto en otra piel que no sea la mía. Sea un dar la mano. Un beso. Un abrazo. Un golpecito en la espalda. Una cópula. Nada. Efectos de un confinamiento estricto y solitario. Estar conmigo no me supone problema alguno. De hecho, es algo que me encanta, y a lo que estoy acostumbrado plenamente. Como buen individualista, disfruto estos momentos de propia compañía. Teletrabajo, leo, tomo el sol en la azotea o el balcón, veo películas, escucho música, hago fotos o las trabajo, escribo... y una vez a la semana, bajo la basura y compro comida, productos de limpieza o alguna cosa en la farmacia. Eso son los únicos momentos presenciales de interacción social. El teléfono o internet se encargan de los virtuales. Y los viscerales son los insultos a la pantalla del televisor cuando sale el neoliberal Pedro Sánchez dispuesto a vender y exponer a la clase trabajadora en beneficio de la economía, o alguno de esos militares que no sé qué cojones pintan en toda esta crisis sanitaria. El uno y los otros intentan vendernos todo esto como una guerra, envueltos en banderas de estúpido patriotismo nacionalista y paternalista, tratando a la gente de imbécil, y de héroes a todos aquellos que hasta ahora eran repudiados por la sociedad: “Dejaréis de ser héroes cuando la gente no tenga miedo. Dejaréis de ser héroes cuando a los políticos les interese. Ahora sois carne de cañón, por eso os llaman héroes”, brillante frase de la película de Kubrick 'Senderos de Gloria' que estos días hemos visto reproducida aquí y allí en redes. A ver cuántos de los que les llaman héroes o salen a aplaudirlos al balcón luego se acuerdan de ell@s cuando esto pase y vuelvan a hacer huelga para reclamar todo lo que les han recortado o lo que no les han valorado hasta ahora...
El futuro siempre es incierto, pero ahora mucho más. Ya nos están sobreavisando y metiendo el miedo en el cuerpo, porque el miedo siempre es la mejor manera de controlar a las masas. Y las situaciones de caos y de crisis son los mejores momentos para seguir recortando libertades y derechos civiles. Y eso es lo que más me preocupa de lo que tenga que venir. Por mi la economía mundial se podría hundir en la miseria para siempre jamás, y a ver si así conseguimos liberarnos de esta mierda de sistema capitalista e inhumano y lo reinventamos todo de nuevo. No soy tan ingenuo como para creerme que eso vaya a pasar, pero me gustaría pensar que tanto tiempo en casa haya servido para que todos reflexionemos y tomemos conciencia de que tendríamos que cambiar muchas cosas del mundo en el que hasta ahora vivíamos. Desarrollar una mirada con sentido colectivo y dejar de mirarnos el ombligo tod@s, empezando por mí mismo, que en el fondo es una manera más de mirarse al ombligo. Relacionarnos de otra manera mucho más respetuosa, generosa y empática, y aprender de una vez por todas que cuidarse y quererse a un@ mism@ es el primer paso para cuidar y querer a l@s demás, como nos está demostrando esta pandemia. Y hacerlo también con el entorno. A la que el ser humano se ha quedado en la madriguera, el planeta ha vuelto a respirar. Y es que no hay virus más letales que el capitalismo y el propio ser humano.
No puedo dejar de sentir esta rabia eterna, alimentada también por gente de carne y hueso con espíritu de fantasma que viene y se va de manera caprichosa y cobarde...
dilluns, 30 de març del 2020
dObLe ApOCaLiPSi
dilluns, 23 de març del 2020
RefLeXiONeS cONfinAdaS
A nivel más general aún, otra gran enseñanza de estos días es que sin la clase trabajadora el sistema se va a la mierda. Y deberíamos tomar conciencia de ello y empoderarnos (ese verbo tan de moda...), y saber utilizar ese poder que tenemos para revertir muchas de las luchas que estábamos perdiendo como clase social. Tengámoslo claro y repitámoslo tantas veces como haga falta: sin nosotr@s, el sistema se va a la mierda. Y ojalá sea así y le demos la vuelta como un calcetín. Tengo la percepción (quizás falsa o ingenua, lo admito) que al capitalismo y al neoliberalismo más agresivos nunca se le habían visto tanto las vergüenzas y las debilidades. Y siento también el anhelo (no sé si realista o naïf) de que un cambio es posible. También lo creí el 15-M, y luego acabó como acabó (y sólo hay que ver el triste -o casi diría inexistente...- papel de Podemos en estos días, dejándose atropellar por un PSOE absolutamente perdido y vendido a las presiones de patronal y mercados, e intentando disimular su nefasta gestión con banderitas y proclamas patrióticas para engañabobos). Pero quizás aquel lejano 15-M fue solo el test de prueba que empezó a generar una conciencia de clase y de que había que cambiar muchas cosas. La Monarquía nunca había sido tan cuestionada como estos días, y espero que eso sea también el inicio del fin de toda esa familia de ladrones, aunque esté atada y bien atada por los de siempre.
Y aunque parezca contradictorio estos días, confío también que puedan empezar a germinar brotes de desobediencia civil. En mi tierra ya hace un tiempo que estamos empezando a cultivarlas, pero prudentes y temerosos como somos, no nos atrevimos a llevarla hasta el extremo (y así nos ha ido, que hemos pillado igual, pero sin llegar a hacer tambalear estamentos a los que pusimos en jaque; o eso parecía...). Y digo lo de contradictorio porque en días en que se nos pide que nos quedemos en casa, estamos obedeciendo a nivel mayoritario. Siempre está la excepción de los subnormales que se creen más listos que el resto y son sólo inconscientes, egoístas o estúpidos perdidos, o la de la gente a la que no le queda más remedio que ir a trabajar por X motivos (a mi me ha tocado esta semana, después de hacer teletrabajo la anterior. Esta mañana daba mucho yuyu ir por la ciudad completamente vacía). Pero no creo que se trate de una obediencia al Estado, sino que es algo de responsabilidad colectiva y sentido común. Yo hace 10 días me tomaba a broma lo del coronavirus hasta que de manera vertiginosa fui consciente de cómo se expandía, y empecé a fijarme en lo que decían los expertos. Y es a ellos a quien hago caso: a médicos y a científicos, y también a lo que me dice el sentido común a partir de lo que veo, leo y escucho. Pero el concepto de Estado está quedando también tremendamente debilitado estos días, y viendo lo perdidos que andan los políticos (o como mínimo, los que tienen que gobernarnos), me pregunto si no serían perfectamente prescindibles y podríamos regirnos a partir de comités de expertos.
Reflexiones quizás un poco ingenuas? Podría ser. Pero estos días dan para pensar mucho. Algo que no solemos hacer, y deberíamos. Y también demostrarle a quien nos importa que nos importa. Y aprender a valorar las 'normalidades' perdidas...
dimecres, 18 de març del 2020
tÚ + yO = 0
dimarts, 17 de març del 2020
aPOcALipSe NoW
El fin del mundo está aquí. Redimíos, pecadores, porque ya está aquí el peor de los virus: el miedo. El que destapa la ineptitud irresponsable del partido que, queramos o no, nos gobierna a todos: la salud de 47 millones de personas en manos de inútiles cobardes al servicio del capital y de la inservible monarquía (valga la redundancia) más corrupta de la sociedad occidental. Nada que no intenten disimular con una rojigualda, comprando unas portadas de diarios apelando a la épica y a los 11 Juanitos, y un poco de patriotismo hueco e inocuo para el microscópico enemigo. Todos unidos venceremos al virus, así que os mandamos al ejército a controlar que no salgáis de casa el fin de semana, pero el lunes id a amontonaros al metro para ir al frente a mantener en pie el sistema depredador y la economía capitalista. El virus no entiende de fronteras un día, pero al otro las cerramos como lleva insitiéndonos toda la semana el enemigo público nº1 de la Grande y Libre (bueno, el nº2, que el nº1 es el que mueve los hilos desde el exilio), con todo el sentido común y la responsabilidad que están brillando por su ausencia en Moncloa.
El mismo miedo que saca el egoísmo depredador y salvaje de muchas de las personas que nos rodean, y que nos sacarían los ojos si fuera su vida en ello. Dime cuántos rollos de papel higiénico te llevas del súper y te diré lo miserable que eres. Ese miedo que no se atreven a sentir los muchísimos inconscientes irresponsables que pululan arriba y abajo, como si la cosa no fuera con ellos ni con sus conciudadanos. El miedo a dejar de ganar dinero que perpetran mezquinos que no tienen escrúpulos para poner en riesgo la salud de sus trabajadores, obligarles a cogerse vacaciones, o directamente, echarles. O el miedo inevitable y sensato que sienten los que entienden un poco de esto y, por mucho que digan, ven que se está haciendo justo todo lo contrario, todo lo que NO debería hacerse para afrontar una situación tan delicada como ésta. Cuarto país con mayor número de contagiados y de víctimas mortales del mundo. ¡Vamos, españoles, que unidos podemos! "Yo soy español, ¿a qué quieres que te gane?"
dijous, 13 de febrer del 2020
cRóNiCAs dEL WáteR
dimecres, 29 de gener del 2020
uNfuCKthEWoRLd
Me debato entre las ganas de enviarte a la mierda y las de abrazarte fuerte y decirte lo mucho que te echo de menos. Tengo ganas de escribir crudo, porque crudo me siento. Paso casi cada día por delante de tu casa a 3 minutos de la mía deseando que nos encontremos y desbloquear esta situación absurda. Lucha de orgullos y de incapacidades, y la casa sin barrer. Irónico, con lo obsesa de la limpieza que eres tú. Como mínimo mi dEsoRdeN interno y externo parecen más coherentes. Aunque yo no lo sea de facto. Un día tengo ganas de vomitarte toda mi rabia, y al otro de escuchar tu versión de la historia, y entenderte, y perdonarte todo lo que me estás haciendo, que sigo sin saber qué es, pero lo siento a gritos. Aunque sigas callada e inexpresiva, como es habitual. Las incógnitas son la clave de esta historia que ha acabado siendo histeria. No hay nada más desesperante que esperar. Y yo sigo esperando que mañana sea el día en que al fin reacciones y me escribas, pero ya van unos cuantos mañanas sin noticias tuyas. Los cuento por decenas. O por decesos. Cada día muero un poco más por dentro aunque por fuera lo disimule bien. Pero soy ruinas romanas, y quizás de aquí a 1000 años vengan a visitarme en masa, y a hacerse selfies conmigo sin importarles una mierda el por qué acabé así. Confío que la humanidad se haya extinguido antes. No te entiendo. Y te detesto por ello. Detesto y deseo no son tan diferentes. Yo tengo de ambos para ti, pero no sé qué tienes tú para mi. Ni tan siquiera sé si tú lo sabes. Todo sería tan simple si no fueras tan compleja. Porque todo es facilísimo cuando ni tú ni yo lo complicamos. De tan contradictorio, acaba siendo cruel. Como un ángel escribiendo sobre sus demonios, que también son los míos y los tuyos...