La semana 1 en el New diSoRdEr's Palace podría resumirse en manos resecas, plantas de los pies casi erosionadas por completo, y cuerpo molido. Días de no parar ni un momento; de obsesión monotema; de vacíar un trastero y subírmelo todo a peso por las escaleras; de vivir en una selva de cajas, bolsas, maletas, paquetes, etc que ir sorteando para ir de la habitación a la cocina; de visitar tiendas que no pisaba hacía años, como ferreterías, droguerías, electrodomésticos, cosas del hogar y similares; y, atención, redoble de tambores, y a PJ Harvey pongo por testigo que no miento... de levantarme pronto instintivamente sin necesidad de despertador!!! Lo que hace la mente humana cuando se focaliza en un deseo!! Y sí, he avanzado un montón de faena, pero me queda otra tanta, y vivo una batalla interna entre mi eterna impaciencia innata, y el deseo obsesivo por verlo todo en su sitio, disfrutarlo, y hacer vida normal de una puñetera vez. Y encima el curro dando por saco con marrones absolutamente inoportunos. Pero la satisfacción de acabar el día viendo que ya casi he conseguido colocar y completar alfabéticamente las 5 torres de CD's me hace querer llegar ya al lunes para seguir dando pequeños pasitos que me sigan acercando al día de decir definitivamente con todas sus letras y consecuencias 'Llar, dolça llar'.
Y a todo esto, uno de mis grandes dramas ahora mismo me vino a la cabeza el martes noche, cuando me enteré casi de refilón del cartel del Primavera Sound: y es que no me acuerdo si en su día fui a recoger el abono que compré por internet en junio. Espero no haber ido, porqué si no, la dramática pregunta que me hago es: donde narices está el maldito abono?