Ha llegado el maldito frío, acompañado de lluvia y un día asquerosamente gris. No, no me vale que ya tocara. Eso me da igual. Odio el frío y la lluvia con todas mis fuerzas, y poco me importa que sea enero en un clima suave como el de diSoRdErLand. Tras más de un año buscando, por fin encontré, y completamente de casualidad, las botas de agua de caña corta que buscaba. La verdad es que con el pantalón por encima parecen botas militares. La escapada a Ikea para distraer la mente también fue productiva, y como siempre pasa, acabé comprando más cosas de las que tenía en mente. Pero todo cosas útiles y baratas, así que bien hecho está. Y estamos dándole vueltas a una escapada de carnavales: Tenerife, Gran Canaria o Cadiz son las candidatas, y todo andará en función de precios y de ambiente, teniendo en cuenta que sólo podemos ir entre semana. Intentos por que la vida siga con normalidad, y dejar atrás días de almas encogidas y exámenes emocionales...
...duele tanto ver con dolor a los que más quieres, que no puedo ni imaginarme lo que debe ser perderlos. Sí, ya sé que quizás son pensamientos algo funestos, pero desde pequeño he tenido cierta predisposición a este tipo de imaginaciones negativas. Y me da un miedo terrible llegar a pensar que algún día me quede sin ellos. Dudo que pueda aguantar un dolor así. Y aunque intento huir de este tipo de pensamientos, van y vienen de manera aleatoria. Pocas cosas me producen más terror que el 'Nunca más'. Por eso, cuando pasan cosas así, me entran unas ganas terribles de vivir como si no hubiera mañana. Porque nunca se sabe. Y la vida es muy perra, eso no es ningún secreto.