
Cansaete, cansaete. Buena paliza ayer: diSoRderLand-Alacant-Villena-Yecla-Villena-Alacant, para culminar este mediodía con un vuelo de vuelta a diSoRderLand. Me encanta volar, pero no soporto los viajes en avión, por todas las horas y esperas que comportan. Eso, y también el hecho que los viajes en avión sean un espejo inequívoco del egoísmo y la estupidez humanas (bueno, en avión y en cualquier transporte que implique compartir espacio con gente desconocida). No soporto a la gente, ya lo sabéis. Y en mi cerebro genero imágenes mentales de mi con cara de rabia pegándole una buena ráfaga de plomo en metralleta a los jubilados listillos gabachos que se saltan la cola para facturar antes que nadie por toda la puta cara (a esos les he dejado en evidencia gritándoles que había cola con toda la cara de mala hostia que he podido poner...). O a la maldita rusa y a su hija gafotas que no son capaces de guardar unos centímetros de distancia mientras esperas el embarque y te van golpeando la mochila de tu espalda cada vez que la cola avanza dos pasos (a estas también les he puesto cara de mala hostia medio girándome de reojo, pero sin decir nada, cuando ya me tenían hartito...). O a los capullos (sean de donde sean) que se pasan todo el viaje dando golpes al asiento (y, de rebote, a tu espalda). O a la gilipollas integral sin 2 dedos de frente que mete en un maldito avión a un bebé muy bebé (que, lógicamente, sufre, llora y berrea como todos los bebés; y que, por supuesto, se sentará justo en el asiento de detrás tuyo -ver punto anterior de esta lista de odios-, poniendo a prueba tu paciencia y tu envidiada capacidad para poderte dormir en cualquier sitio si en ese momento lo que te apetece es precisamente dormir...). De verdad... ¿tanto cuesta ir de viaje comportándote de manera normal, discreta, y sin dar por culo a los demás...?
Me fascina, eso sí, estar entre las nubes escuchando a Beach House y mirando el paisaje por la ventanilla: ¿no os sentís privilegiados cuando véis los países desde el aire, como si fuéseis pájaros? A mi me maravilla. Aunque siga sin poder entender cómo es posible que un cacharro así tan pesado pueda elevarse y volar. Una de muchas preguntas de cosas incomprensibles, como que salga música de la fricción de una aguja en un vinilo, que haya personas que voten al PP sin sentirse miserables anormales, o que alguien con 2 dedos de frente meta a un bebé en un avión. Ah! Y otra pregunta que me hago es: ¿quién fue el iluminado que decidió escribir en las alas de los aviones la famosa inscripción que pide que no camines sobre las alas...?
Y ya es el último viaje de curro antes de pillar las vacaciones, justo en una semanita. Qué ganas, por favor! Moló la coincidencia de mi estancia nocturna en Alacant con las Fogueres de Sant Joan. Fiesta curiosa de ver para alguien que nunca ha estado en Les Falles. Curioso también los cientos de niños y adolescentes en bañador / bikini y toalla por medio de las calles a medianoche esperando ser regados por las mangueras de los bomberos (no, no iba con segundas intenciones). Agobiante la multitud que no te deja avanzar ni acceder a la portería del edificio donde había quedado para ver les fogueres desde la azotea (un piso... ¿15? justo delante del castillo. Las vistas eran acojonantes, y hasta hacía algo de fresquito, en contraste con los 38 grados que marcaban los termómetros callejeros a pie de calle). Y curioso también ver cómo se incendió primero el toldo del balcón y acto seguido el piso de uno de los edificios que había junto a una de las hogueras más grandes. Y aunque fue breve, también estuvo muy bien reencontrarnos, 5 años después, con una de las personas con más Luz que se han cruzado por el camino del dEsoRdeN... ;D
Y como esta noche estoy parlanchín (en versión escrita), continúo con aspectos colaterales del viaje. Por ejemplo, la sensación que tengo, cuando en estos viajes de curro duermo yo solo en hoteles buenos, de estar desaprovechando la habitación. No lo puedo remediar, qué queréis que os diga. Será el instinto dEsoRdeNado. Cambiando de tema, me ha chocado mucho ver tantas banderas españolas en balcones y coches. Falta de costumbre, supongo. Y algo de alergia a los patriotismos, sean del color que sean. Yo me quiero mucho a mi tierra y me encantaría otro orden político-geográfico bien distinto al que nos toca sufrir ahora mismo, pero por razones puramente pragmáticas e identitarias. Creerse mejor que los demás por el hecho de haber nacido en un sitio u otro me parece propio de estúpidos, pero eso ya sería otro debate... Y otra cosa: al contarle el viaje a mi madre esta noche por teléfono, he descubierto (o quizás ya me lo hubiera dicho, pero no era consciente de ello) que mi abuelo al que no conocí era de Jumilla! Ayer estuve a 20 minutos de allí, pero en aquél momento sólo me acordé de otra persona (a ver si resultará que somos familia...) ;P
Y para acabar la encíclica, y siguiendo con la vinculación murciana del texto, felicitar al Pozo Murcia por la gran liga de futbol sala que ha hecho... y más todavía al Barça, que ha acabado ganando a lo campeón! Campioooooonss, campiooooons, oeee, oeee, oeeeeeeeeeeeeeee!!!! XD
*Sí, ya sé que este título generará polémica entre algunas lectoras desastrosas... ;)