La foto es de EFE. Sólo me llevé la lomo y tardaré en revelar el carrete...
Lunes
Ya es invierno en la capital de la Grande y Libre. Te instalas en la que ya es casi tu casa mesetaria. Desaparecida en combate 1. Nivel de incomprensión 1 ('me dijo que iba de culo en el trabajo'). Desaparecida en combate 2. Nivel de incomprensión 2 ('creo que a esta hora suele ir al gimnasio'). Desaparecida en combate 3. Nivel de incomprensión 3 ('¿se han puesto todas de acuerdo?). Desaparecida en combate 4. Nivel de incomprensión 4 ('A ver si se me ha estropeado el móvil...?'). La Chica Desastre y mi madre sí que me responden. Nivel de incomprensión 5 ('ah, coño; pues el móvil sí que parece funcionar... ¿entonces, qué cojones les pasa a éstas?'). Nivel de odio al mundo 1. Cena en el Peggy Sue's, rematada con gran chicle de bola. Cansancio y picor de ojos rojos. Antistamínicos, gotas, baño de manzanilla y a dormir. Y mañana será otro día.
Martes
Todavía es más invierno en la capital de la Grande y Libre, aunque prefiero este frío más seco y fácil de combatir. Almuerzo, fotos y paseo hasta Malasaña. Médicos y enfermeras de la sanidad pública protestan en Callao, y una abuela pepera-fascista les suelta "sois unos golfos; cómo se nota que no queréis trabajar". Resisto la tentación de pegarle una paliza allí mismo, pero no puedo evitar responderle con un elegante "vaya mentalidad, señora" y toda la cara de desprecio y asco que puedo. Una casa filatélica vende una colección de sellos de Franco, y mi nivel de arcadas es tal que opto por buscar la mejor vacuna: la de la cultura. Tradicional visita a Up Beat Records, donde me pillo un recopilatorio muy potente de oscuras girl bands sesenteras con un libreto muy chulo con la historia de cada grupo. Comer, y siesta. Desaparecida en combate 5. Nivel de incomprensión 6 ('a ver si voy a tener mal su móvil...'). Cura de ojos con antistamínicos, gotas, y baño de manzanilla 2. De camino al Círculo de Bellas Artes, oigo una manifestación de fondo. Le pregunto a uno de los polis que tienen sitiadas las calles anexas a Congreso por cómo llegar, y en tono chulesco me pregunta que a qué voy allí. "A lo que tú no has hecho en tu puta vida de cateto", pienso, mientras le contesto con un diplomático "a una exposición". De hecho, acabo viendo 2 expos por la patilla por mi cara bonita (y carnets que siempre ayudan): 30 años de la promotora Dr. Music (fotos y carteles de PJ Harvey incluídas! Aaaaayyyy!!), y una colección de carteles de cine de Saul Bass. Salgo y me encuentro en medio de la mani de la sanidad pública. Llamadas sin respuesta. Desaparecida en combate 5 bis. Nivel de incomprensión 7 ('¿por qué narices me están ignorando así?'). Nivel de odio al mundo 1000. Cena oriental, esquivar putas en Montera como si fuera un videojuego de Pacman. Cerrar quedadas belloteras y con La Chica Desastre. Whisky en el encantador Jazz Bar, y vómitos contra el mundo. Cuanto más conozco a los seres humanos, más adoro a las ratas. Con el puntillo etílico y musical, gélido paseo nocturno y a dormir. Pienso en comprarme unas gafas a lo Patrick Carney. Puestos a ser perdedor, empecemos por parecerlo...
Qué discazo, nenes! Qué discazo!!
Miércoles
El encargado de hacerme vudú tiene el día libre: los ojos ya no me pican y recuperan su color blanco y verde, y recibo una llamada matutina para confirmar lo de Black Keys. Visita al locutorio para imprimir confirmación al paraíso, y de paso buscar respuestas a tantos silencios e ignorancias. Sale el sol en Conde Casal, con el contenido de ese abrigo amarillo: la Chica Desastre, radiante y empática como pocas. Y como pocas me entiendo como con ella. Tapas, cañas y paseos para ponernos al día y arreglar el mundo. Al menos, el nuestro, que es el único que me interesa. Exquisito secreto ibérico a las puertas de Lavapiés que llena nuestras bocas de gran placer. Regalito para recordar este tiempo de aventuras y desventuras. Con 24 horas de retraso, mensajes a ignorar con total premeditación. Tal faràs, tal trobaràs. Y también por precaución: me queda poquísima batería, me olvidé el cargador en diSoRdErLand, y tengo que quedar para el concierto de la noche. Siesta, Palacio de los Deportes, y reencuentros belloteros. A su novio teclista se le ve muy buena gente, y me alegro mucho por ella. Se lo merece. Cervecitas y orgía musical: los Maccabees suenan de maravilla, y me han puesto en un palco privilegiado para ver a las Llaves Negras. Enorme show para reconciliarme con el mundo y la armonía universal: sonido potente, espectacular juego de luces y pantallas, público entregado y el incomparable poder de la música y las grandes canciones. Nunca falla, contrariamente a las personas. SMS en 'Little Black Submarines' para alguien que tendría que haber estado aquí. Pizzas en Malasaña, paseo y a la cama. He perdido el filtro amarillo de la Holga, pero he sumado otro concierto más a mi curriculum de bolos inolvidables...
Jueves
Placeres oscuros y sueños macabros para levantarme con mal cuerpo. Hacer la maleta, almorzar al sol en el Prado, y último paseo fotográfico entre Huertas y Malasaña. Un poli orienta a una guiri: "this street, vaya p'arriba". Spain is pain. 'Muerte a los catalanes' e insultos racistas contra ecuatorianos y dominicanos en un WC público. Sacar dinero en un cajero en catalán en Plaza Sta. Ana. Nivel de morbo 2000 ('oh, quin gustet! Que us bombin!'). Comer y vuelta a Atocha, cargado de vuelta con un regalo que no llegaré a dar. Volver a la realidad con sms y llamadas laborales. A estos sí que no se les olvida dar señales de vida...
Apéndice de conclusiones:
1) Se ha acabado esto de ir de bueno por la vida y confiar de entrada en la gente. A partir de ahora, desconfiaré hasta que no me demuestren los contrario. Ahora mismo sólo tengo ganas de ir de hijoputa por la vida. Puestos a recibir según qué tratos de los demás, al menos que no lo hagan de manera gratuíta
2) La diferencia entre un 'conocido' y un 'amigo' la marcan los hechos y actitudes. Y aunque no puedas quedar (cosa comprensible entre semana, cuando la gente normal trabaja), supongo que no es mucho pedir que te contesten un SMS. Son sólo 0'15 céntimos y unos pocos segundos de tu vida. Hasta ahora pensaba que tenía un montón de amigos en Madrid, pero ya me ha quedado claro que son pocos. De conocidos, unos cuantos, eso sí
3) Me encanta Madrid, a pesar de que esconda tanta caspa de reminiscencias franquistas. Podría vivir una temporada perfectamente, aunque no cambio diSoRdErLand por nada del mundo.
4) Madrid está lleno de polis; de una manera sospechosa, e incluso diría que alarmante. ¿Estado de sitio? ¿Qué cojones traman estos peperos?
5) El frío de la meseta es más seco y duro que el de diSoRdErLand, pero es mucho más soportable. Ni se te cala, ni te hace sudar por dentro cuando fuera hace una rasca de narices. Ahí mi nivel de catarros, gripes y resfriados sería infinitamente inferior
6) Todo falla, porqué esa es la naturaleza y la razón de existir de los planes. Pero alguna vez me gustaría poder huir de esta espiral de cosas extrañas y situaciones anormales que me suceden continuamente. Que todo fuese un poco más fácil y normal sería de agradecer
7) La mayor de mis desgracias es tener que convivir con otra gente. Como si no fuera suficiente con aguantarme a mí mismo, encima me toca soportar a los demás
8) La MÚSICA es de las pocas cosas que me hace seguir confiando en el potencial humano. De hecho, si no fuera por la música, creo que ya hace tiempo que me habría vuelto tarumba (más todavía), me habría cortado las venas, o habría protagonizado una matanza a lo Familia Manson o el chalao del Breivik. La humanidad merece eso y mucho más (y no, tranquilos señores de la policía en la red, que no soy ningún zumbao que planee un ataque masivo e indiscriminado contra nadie. Aunque a veces no sea por falta de ganas...)
No, el video tampoco es mío. Pero es el único que he encontrado del momentazo de desmadre total...