
Piltrafa total. Y eso que todavía no he empezado las ligas con mis equipos de fútbol, así que no me quiero ni imaginar. La nueva etapa ha empezado súperintensa: muy excitante, pero agotadora. Y bueno, supongo que salir un martes noche tampoco ayuda. ¿Pero qué le voy a hacer si soy así y no puedo ni me sale de las narices cambiar? Si es que me lían... yo sólo iba a hacer una cervecita en compañía inmejorable. Paseíto agradable, ver a los Mishima en una terraza de mi barrio, conversación agradable en el Vinilo, meternos 4 hachazos verbales sin acritud, y poco más. Lo típico. Pero si te cita su palabra mágica, y resulta que también te hace efecto... ¿qué puedes hacer? Dejarte llevar, y poco más. Y si encima aparece una amiga común lianta, y otra pareja de amigos muy majos, entre gyozas, makis, sashimis, delicias de foie, brownies y ese vino que tan bien entra y tan bien nos describe... una auténtica encerrona, amiguitos. Y no en un políngano cualquiera sin opción de alargar en martes noche, no... esto pasa en diSoRderLand!! Allí donde das una patada y te caen del cielo 38 bares y 27 restaurantes, sea la noche que sea. Donde debutas en el bar por excelencia de los amantes de la ginebra (no sería mi caso). Y entre 6'oclocks, mojitos, whisky-colas, payasos desubicados, vendedores de flores que te hacen trabalenguas en tu propia lengua, y algún breve momento de tregua a las risas, cuando te quieres dar cuenta, son las 1000 menos 10, y estás de paseo en helicóptero en vuelo rasante. Y encima no puedes dormir mucho porqué por la mañana te tienen que chequear las humedades... breve almuerzo entre zombies, otra jornada de no parar, cervecitas y bravas de descompresión, y aquí me tenéis: como una Cenicienta cualquiera, con las persianas a punto de bajarse. No sé si aguantaré mucho tiempo a este ritmo, pero firmo una muerte así de dulce y dEsoRdeNada...