En los últimos días he sentido mucha vergüenza ajena. De mi profesión; de la ausencia total de responsabilidad; de manipuladores y gente a la que ya le va bien dejarse manipular; de impunidades; de inculturas; de inmadureces; de odios viscerales y crispaciones al por mayor; de fantasmas y traumas que arrancaron un 18 de julio del 36 y siguen entre nosotros; de faltas de autocrítica y escrúpulos; y de una terrible y repetida violación de la realidad. Y también he sentido muchas ganas de enviarlo todo a la mierda, y largarme bien lejos de este país inmundo e intolerante. Si nos preocupáramos todos tanto por las cosas importantes de la vida como lo hacemos por las pelotas o por estúpidas bodas de gentuza que ni nos va ni nos viene, quizás este sería un país respetable, con menos problemas y más cultura y respeto mútuo. A veces me entran ganas de que explote Fukushima y se lleve por delante a toda la humanidad. La raza humana merecería la extinción...
...al margen de estos pequeños detalles, me siento bastante bien. Sobretodo conmigo mismo, aunque no tiene mérito si es por comparación con los cromañones que nos rodean. Al final ni pude ver a Tica P ni a la A Lombarda. En el primer caso, me supo especialmente mal, y fue una confirmación más de que algo no estoy haciendo bien en mi vida cuando sigo sometido a la esclavitud de unos horarios de mierda. El trabajo debe dignificar a la puta madre del que inventó esa gilipollez de frase, pero no a mi. En el segundo caso, y aunque tenía incluso más ganas de verla, acabó por no saberme tan mal. Y es que me demostró que algunas cosas por las que me harté de ella siguen igual. Ya se lo hará. También estoy muy orgulloso de mi mismo porqué ya hace casi 2 semanas que decidí enviar a la mierda a Garota J, y no he sucumbido. Ella, por supuesto, ni me ha escrito, ni llamado, ni nada por el estilo. Eso no se debe estilar por Sao Paulo.
Y a todo esto, ayer la lluvia nos jodió el concierto de Maika Makovski y Nacho Vegas, pero a cambio nos regaló una divertidísima noche que surgió de la nada, entre Amapolas, sus amigos mexicanos, libros gratis, cervezas y, probablemente, las mejores hamburguesas que he probado en mi vida. Gràcies! ;) Hoy ha sido uno de esos días geniales de despertarse casi a las 16h., comer, siesta hasta las 21:30h., pedir chino por tf., peli y sofá ('En El Valle') y ahora escribir un poquito antes de irme a dormir. Me encantan estos días así de egocentrismo total y ausencia de contacto exterior. M-Pop me ha escrito para quedar mañana por la noche, pero admito que ahora mismo la historia que más me motiva es la que ni tan siquiera ha empezado. Pero detecto algo en los inputs y mensajes que nos intercambiamos con L de Lesbiana que me atrae muchísimo. Nos hemos visto pocas veces, y casi siempre en ámbito laboral, pero compartimos muchas perspectivas y sensibilidades, y algún que otro gusto musical, y tengo unas ganas locas de forzar un encuentro para conocerla mejor. Y creo que le pasa algo parecido, porqué el otro día propuso de hacer una cena con amigos comunes. No sé, quizás sean mi curiosidad eterna y las continuas ganas de sentir que pasan cosas en mi vida, pero me apetece muchísimo tirar de este hilo, a ver qué hay al otro lado de la madeja...