Quisiera pensar que algún día lograré cambiar y erradicar de raíz algunos de mis principales defectos, pero la verdad es que muchas veces tengo serias dudas al respecto. Sobretodo en esos momentos de ofuscación en que una especie de pantera desbocada parece apoderarse de mí, dando pie a situaciones realmente surrealistas. Incluso arriesgadas. Incluso salvajes. Instinto básico. Muy lejos del asqueroso mundo artificial y de ese eufemismo de la vanidad y la prepotencia a la que solemos llamar 'glamour', y que me ha tocado soportar estos días en la Costa Azul. Montones de vómitos espirituales inflados como pavos reales y a base de bótox y quirófanos estéticos de dudosa ética. Viejos verdes que compran su vacío espiritual a base de billetes verdes y inflan su escasa autoestima con coches caros y yates de lujo. Zorras busconas que les regalan su cuerpo y su presencia a cambio de una vida de lujos materiales y extrema pobreza humana. El paraíso de la gilipollez humana llevado a la máxima potencia.
Ha sido un día extraño. Quizás por el cansancio, físico y psicológico. Necesito vacaciones, y hace mes y medio que las acabé. Situación dramática, como cualquier otra en el dEsoRdeN. El jueves me voy, pero por curro, y encima me están mareando con el puto hotel, que a esta hora sería en el quinto coño, no vaya a ser que en los 4 anteriores vaya a estar demasiado cerca del lugar de trabajo. En fin...
Día de reencuentros. De coyunturas provisionales. De flotar entre loscos, que diría J. Me he escapado antes de tiempo, pero con una intuición rara. Los Skygreen Leopards me han sentado muy bien. De aquellos momentos en que escuchas el disco preciso en el momento adecuado. He llegado a casa, me he sentado a la fresca del balconcito, y le he escrito a Canadian J desde la calma y la voluntad conciliadora. El video vuelve a hacer el gilipollas y no hay manera de encenderlo. Tras un primer momento de desespero e ira subiendo por mi espinazo, respiro hondo, cuento hasta 10, y me digo 'a tomar por culo'. No quiero amargarme por un puto cacharro. Al menos hoy. Me faltan fuerzas hasta para odiar o cagarme en mis desgracias.
Una agradable sorpresa en el correo me ayuda a recordar que hace demasiado que no escucho a los Smiths, y corrijo mi error. Rectificar es de sabios. Y ratificar es de serbios, que es una frase absurda y sin ningún tipo de sentido, pero que le quedaba bien al texto en este justo momento. ¿Para qué buscarle razón a las cosas, si no hay nada que la tenga? Siempre preferiré la intuición, o el instinto, o el azar, que son mucho más estimulantes y atractivos. Como las maravillosas musas desordenadas de este precioso blog que descubrí ayer, y que no te acabas ni en una semana. Una de ellas me mira fíjamente justo enfrente mío en este preciso instante, con unos ojos preciosos y unos labios que degustaría hasta morir. ¿Por qué tengo que ser tan sensible a la belleza, si eso es una condena eterna al sufrimiento?
Para romper la transcendencia y el misticismo de pensamientos demasiado profundos, nada mejor que una gilipollez de esas que te envían por correo. Alucinante cómo el cabrón de adivino virtual clava un porcentaje tan alto de personajes de todo tipo y condición con tan sólo 20 preguntas. Maldito bastardo el que haya inventado esto...
La canción de amor más maravillosamente dramática de la historia del pop, sin duda...
Bienvenidos al club de los lentos, donde voces celestiales te hacen creer a base de susurros sublimes que el paraíso existe en la tierra. Una mentira como cualquier otra. El mundo está tejido en mentiras. Unas más grandes que otras. Unas más piadosas, y otras más perversas. pero mentiras todas ellas, al fin y al cabo. Seguramente mi propia cabeza tejió otra mentira más para hacerme creer que era posible la seducción mutua. Y quizás lo fue por un tiempo, pero en el dEsoRdeN, eso tiene fecha de caducidad. Siempre la ha tenido. ¿Y cómo no la iba a tener, con amores importados desde miles de kilómetros a ultramar? El contacto sigue, y quizás en otras capas de la cebolla incluso sea ahora más profundo, pero parece alejarse de lo que mi deseo había diseñado para este caso. Mi deseo siempre ha sido un diseñador nefasto. Y, curiosamente, yo me siento más enamorado que nunca de mí mismo, porqué empiezo a gustarme de veras. Por fin. Aunque muchas veces quisiera ahostiarme de manera sádica. Ahora me cantan 'Me & You' y, aunque suene preciosa, sé perfectamente que eso no existe. Una mentira más, como todas las demás...
Ha sido una de las semanas más duras de mi vida. Profesionalmente, la que más. Es tan difícil intentar dejar de lado los sentimientos personales y ser frío cuando algo así se te cruza como un gato negro en la carretera y te afecta tanto ahí adentro. Te haces muchas preguntas. Personales, y profesionales. Andas con pies de plomo, mientras un tsunami te revuelve todo por dentro, pero tienes que morderte los dientes para retener esa erupción que te sube por la garganta, y que te oprime el pecho, y te enrojece los ojos. El tema está ahí delante 25 horas al día, y no hay manera de esquivarlo. Cuando llegué a casa el domingo por la noche, me derrumbé como hacía muchísimo tiempo que no me pasaba. Sólo había conocido de cerca a la muerte en 2 ocasiones en mi vida (cruzo los dedos), y es algo que me sigue generando muchísima tristeza, impotencia, rabia y, en este caso, incredulidad. Y al cansancio psicológico se le suma el físico, y llega un viernes noche, y tienes que plantar una hora antes a tu plan nocturno, porqué no te aguantas de pie. Espero dormir 20 horas seguidas si hace falta, porqué lo necesito.
Con un don de la oportunidad digno de Murphy o de Satanás, Canadian J me envió, el día después de la tragedia, su tan esperada respuesta al terremoto escrito que le envié hace unas semanas. Obviamente, tardé un par de días en abrirlo, porqué mi cabeza no estaba para más hostias. Y, puestos al lado de las cosas realmente importantes de la vida, los temas del corazón quedan en un vigésimo-octavo plano. Total, lo que me tenía que decir ya lo escribí aquí mismo hace 2 semanas, porqué mi intuición es infinitamente más poderosa que cualquier pauta de comportamiento femenina supuestamente imprevisible:
"Me escribió dándome las gracias por mis dos últimos mails. Me ha pedido algo de tiempo para decirme algo que, según ella, "it's important". A bote pronto, me suena fatal. A un "tenemos que hablar". A que, si necesita tiempo es porqué quiere elaborar un discurso para herirme lo menos posible. A un "te quiero mucho, pero como amigos". Las excusas, sutilezas o ese estúpido tacto que todos buscamos cuando tenemos que decirle a alguien que no le amamos. Un detalle, sí, pero de esos que nos podríamos meter sin vaselina en lo más hondo de nuestro recto anal, porqué acaban resultando más dolorosos y humillantes".
Entre los tópicos de su respuesta, 'siento si te he podido hacer daño en algún momento, porqué no era mi intención'; 'cuando llegaste a San Francisco, nuestros días en Barcelona me quedaban muy lejos y me sentía confusa'; 'generaste unas expectativas en tu cabeza que no tenían nada que ver con la realidad'; o, la tan manida y mediocre, 'me interesa seguir cultivando esta amistad', con esa nota a pie de página también tan tópica de 'si no quieres saber nada más de mí, puedo y dejaré de escribirte'. Nada que no me esperase o que no haya oído 1000 veces antes. Al margen de mis eternos defectos y problemas que no consigo amputarme ni con aguarrás, la verdad es que ya casi ni me inmutan estas salidas tan tópicas y/o cobardes.
Lo bueno es que me lo estoy pasando muy bien (esta semana al margen) con mi nueva actividad veraniega. Y que hoy mismo han empezado las Festes, y que el martes veré por primera vez a mi obsesión sonora de los últimos meses, gratis, y a 5 minutos de casa. Al fin y al cabo, uno se acostumbra a ser gente normal, dentro de su dEsoRdeN:
"Però tu mai viuràs com viuen els altres, ni patiràs com pateix la gent normal, mai entendràs el fracàs dels altres, mai comprendràs cóm els somnis se’ns van quedant en riure i beure i anar tirant... i si es pot, follar de tant en tant"
Suerte que, a pesar de todo, a vegades ens en sortim, y que siguen existiendo paraísos sónicos en los que refugiarnos de tanta mierda cotidiana...
Hacía algo más de 3 meses que no veía a mi E platónica. Musa entre musas desordenadas. La que más alegrías y sufrimientos haya podido causarle a mi pobre corazón caprichoso, y casi seguro que sin ella saberlo, pobrecica mía. Circunstancias que no vienen al caso, y que ya escribí en mi antiguo hogar blogger. Hemos ido al Manchester de Valldonzella, que ninguno de los dos conocía. Le salió en un test de Facebook que ese era su bar de Barcelona y lo quería conocer, aunque probablemente es el que menos le cuadre. Se ha cortado sus melenas rizadas de antaño y se ha hecho un corte de pelo afrancesado muy sexy. Encima amenaza con comprarse boina francesa. Ya le he advertido que como lo haga, le pido que se case conmigo, y eso que yo no pienso casarme en la vida. Nuestras risas compartidas nos retroalimentan. Nunca he querido a nadie tanto como a ella, aunque eso fue hace ya años. Y hace años, pues, que me la saqué de la cabeza y sólo nos vemos de tanto en cuanto. Pero hoy me ha soltado que ha cortado con el novio. Que le quería, pero le faltaba algo, y que aunque le duele un montón, le deja. He aplaudido su decisión, por la valentía y por la honestidad. Prometo que por nada más. Se lo he dicho de corazón, y porqué me la conozco, y sé que es tan o más culo inquieto que yo. Ahora quiere dejar el curro y largarse al extranjero. Hemos hecho unos cuantos planes para compartir verano en la ciudad, y también hemos quedado en que la iré a ver allá donde vaya. Al fin del mundo, si hace falta. Y es que admito que, aunque ahora me resulta muy difícil verla como algo más que una buena amiga, en algún rincón recóndito y oscuro de mi desorden una vocecita tímida ha pensado en voz alta: " Y si...?"
Con el estómago algo más desordenado de lo habitual, y tras noche de celebraciones familiares, hoy toca jornada histórica en Cornellà. Siempre van bien estas actividades sociales balompédicas para pasar el rato, canalizar emociones (me fascinan estas manifestaciones de emoción colectiva) y, por qué no, no pensar demasiado en otras cosas que me han dado demasiados dolores de cabeza últimamente.
Como le decía ayer a Canadian J, quiero volver a ese estado despreocupado al que me había acostumbrado los últimos años y alejar de mí el 'overthinking'. Después de que me escribiera en el Facebook, le pedí disculpas por si había sido demasiado crudo en mi anterior mail, pero dejando claro que sentía plenamente y no me arrepentía en absoluto de todo lo que le dije. Nunca me arrepiento de nada. Ese es el sentimiento más fácil, estúpido y cobarde de la humanidad. Si haces algo, apechuga con ello con todas sus consecuencias. Como decía aquél, siempre será mejor pedir perdón que pedir permiso.
Me escribió dándome las gracias por mis dos últimos mails. Me ha pedido algo de tiempo para decirme algo que, según ella, "it's important". A bote pronto, me suena fatal. A un "tenemos que hablar". A que, si necesita tiempo es porqué quiere elaborar un discurso para herirme lo menos posible. A un "te quiero mucho, pero como amigos". Las excusas, sutilezas o ese estúpido tacto que todos buscamos cuando tenemos que decirle a alguien que no le amamos. Un detalle, sí, pero de esos que nos podríamos meter sin vaselina en lo más hondo de nuestro recto anal, porqué acaban resultando más dolorosos y humillantes.
Aún así, me siento bastante bien estos días. Ya le he dicho que se tome su tiempo y que se centre en disfrutar al máximo la visita de la japo M, su mejor amiga, con la que vino a Barcelona cuando nos conocimos en diciembre. Me encantaría estar en San Francisco ahora con ellas. Canadian J quizás venga a Barcelona a estudiar castellano en diciembre. O al menos eso es lo que me había dicho antes de mi mail kamikaze. Time will say...
