Dormí poco. Desperté en Villarreal. Cogimos el coche. Carretera y manta. Me inetntan hacer chantaje emocional para engatusarme un buen marrón laboral, pero aunque me sepa mal, no cuela (Luego me cabreo por dentro por ese intento de jugada sucia). 3 horitas, y en Barcelona. Llegué al curro. Lo que iba a ser una mañana tranquila, se convirtió en excursión al CCCB. Entrevista, dossier de prensa, y a comer con H y A. 20 minutos más de metro y vuelta al curro. Lo que iba a ser una tarde tranquila, se convirtió en noticia inesperada, prisas y stress. Bocadillo, y caminata hacia la carpa Movistar, con tránsito de coches y travestis, que me hacen recordar una noche de becario pringado grabando un reportaje en este mismo escenario. Juliette Lewis debe de ser buena actriz, porqué interpreta con gran actitud todos los clichés del rock, pero el concierto con sus Licks me aburrió soberanamente. Ni tan siquiera fueron capaces de defender en directo un temazo como éste:
. Liberados del sopor, me pasan los nuevos discos de Magnetic Fields y Breeders. Nostalgia 90's again.
Todavía cargado con la bolsa del viaje, nos vamos hacia el centro. H cena comida basura. Copa en el Bar Raval, en pleno meollo del presunto nido de terroristas yihadistas (aunque no sé si creerme la historia al 100%, lo cierto es que hace días que me da yuyu meterme en el metro). Paseíllo Rambla abajo hacia la tierra prometida... digooo, el Sidecar. Antes, me encuentro con AL. Tras la charla, breve cola, y Franz Ferdinand nos dan la bienvenida. Guardarropa, y me encuentro de cara con la A lombarda y su amiga A. Breve charla de cortesía, y nos vamos a nuestro aire. Blood Red Shoes, The Ettes, Pavement, 'De Viaje'... éxtasis sonoro y emocional. A por una copa, y a dar un garbeo, que hoy venimos con los colmillos afilados y el alma abierta de par en par. Aunque justo hoy las rockeras de la ciudad deben de estar de servicios mínimos, y aquello parece un bosque de... está bien, me abstendré de ser grosero, pero anoche la expresión cayó.
Hablo en inglés con una catalana de Camprodon que podría haber nacido en Goteborg, Oslo o Helsinki. Con ésta, con aquella, un rato con la lombarda borracha a la salida del baño, y en catalán con una costarricense que me da bola. P hace cara de feliz, bailamos cogidos y me empieza a cautivar con su positivismo y el rápido diagnóstico espiritual que me hace. Me dice que ha perdido a su novio, y aunque dudo si me está bacilando o si se hace la interesante, opto por la prudencia para no repetir
agridulces experiencias en esa misma sala de un par de años atrás. Le digo que la ayudaré a encontrarlo, me coge de la mano y me lleva a un rincón, junto a una columna. Esto pinta bien, pero el novio existe y aparece. Le saludo cortesmente (y sinceramente, de verdad), y como buen belga, el tipo raro se queda estoicamente viendo como P no para de contarme excitada que nunca le había pasado algo igual, pero que siente algo muy fuerte en mi interior y una extraña conexión conmigo, y me advierte que pronto conseguiré un proyecto vital importante que me angustia. No paramos de hablar a una distancia peligrosamente estrecha, mientras el novio se ha ido, supongo que algo agobiado por ver como su chica no le hace ni puto caso. Me abraza, la abrazo, y me doy cuenta que hace rato que estamos cogidos de la mano. Hago esfuerzos por reprimir mis instintos, mientras van revoloteando por allí el impertérrito novio, la lombarda y su amiga A. No sé qué pensaran unos y otros, pero allí está habiendo algo muy sexual sin sexo explícito. Nos cambiamos mails, se abren las luces, y en el guardarropa recojo chaqueta y bolsa, mientras ella recoge chaqueta y novio.
Me voy con una extraña felicidad, y Rambla arriba, recibo sms lombardo diciéndome que me quería haber dicho adiós pero ha llegado tarde, y que me escribirá. Hoy le he respondido que sólo lo haga si realmente quiere hacerlo. No soporto las cosas por compromiso. A esas horas todavía hay tiempo a recurrir a viejas amigas para apagar fuegos, aunque luego me dé cuenta que no debería. He dormido dos horas y media, y el zombie que sobrevivía se ha ido a currar todo el día (admito que por la tarde, aprovechando momentos solitarios, me he quedado roque varios momentos). Cena en casa de mamá y papá desorden, y para casita. Me falta hacerme la bolsa y dormir 5 o 6 horitas, y la esquizofrénica rueda volverá a empezar...