dilluns, 8 d’octubre del 2018

tRiÁNguLoS biZaRRoS dE aMOr (o SeXo)




Otoño ahí fuera, verano ardiente y frenético aquí dentro. Parece que no pueda estar en equilibrio con lo que marca el mundo exterior. Seguramente porque mi mundo interior es lo único que me importa, y suele estar en máxima ebullición. Los últimos días han sido intensos en muchos sentidos, y todo se dEsoRdeNa cuando parecía estar entrando en un cierto equilibrio, dentro de mis posibilidades. Con la llegada de otoño y del maldito putísimo frío vuelve la cálida y frenética primavera musical, con montones de conciertos y festivales en vistas. En 7 días he ido a Beach House, José González y Rayland Baxter, y esta semana tengo citas con Els Surfing Sirles, Didirri, y Anna Calvi. Y todo lo que viene en las próximas semanas...

Mrs. Bizarre y yo seguimos en contacto permanente. Los whatsapps y notas de voz varias veces al día ya son casi como una costumbre, y no sé si eso es bueno o es malo. Esta semana nos vimos una noche que vino a mi casa a imprimirse un trabajo de la facultad a la que acaba de volver años después, pero esta vez para estudiar Humanidades por gusto. Al día siguiente fuimos al cine a ver 'Caras y Lugares' aprovechando la fiesta del cine. Y el viernes al bolo de Rayland Baxter. Sigo sin tener claro si me ve como un amigo o como algo más, pero tampoco quiero forzar la máquina, porque hasta ahora todo ha sido súper natural y espontáneo, y así quiero que siga. Por mucho que las ganas quieran apretar el acelerador por momentos. Pero ya ha dejado caer en más de una ocasión que no le gusta que le vengan detrás, así que intento hacer la mía y prestarle la atención suficiente, en un difícil equilibrio de man on the wire.

Y como no podía ser de otra manera, (re)aparecen otros personajes en la historia para complicar más la trama. El jueves fui con L-De-Lesbiana a ver a José González al Auditori (sorprendente y fantástico concierto!), y como sabía que iba a ir, le comenté a Morenita Amelie de hacer una cerveza después. Morenita Amelie es la chica del curro (sí, vuelvo a caer, mongolo de mi...) con la que hace años hay una atracción bastante evidente que no se concretó hasta este último Primavera Sound. Desde entonces, había intentado volver a quedar con ella varias veces, pero era evidente que ella prefería evitar la tentación para que no volviéramos a caer... cosa que volvió a pasar este jueves. Hicimos una cerveza junto a L-De-Lesbiana, pero cuando ella se fue para casa, nos fuimos los dos a hacer otra copa en una bar cutre de allí cerca. Me admitió sin pedírselo que me había evitado para no encontrarnos nuevamente en esa situación, pero el lenguaje de gestos, miradas, contacto constante con las manos... indicaba claramente lo que iba a acabar pasando. Y pasó, claro. Mientras nos besábamos apasionadamente en mitad de la calle me pidió que por favor parase, y me dijo que lo mejor era irse cada uno por su lado, pero la escena duró todavía un rato más de falsas despedidas cortadas por impulsos y tensiones imparables. El deseo recíproco es evidente, y aunque sigue dudando muchísimo sobre su relación de pareja, ésta es un handicap que no facilita las cosas. Y sinceramente, yo ahora quería estar tranquilo para centrarme en Mrs. Bizarre. Lo de siempre, o dos piedras o todo de golpe, y cabeza, corazón y testículos hechos un lío de dimensiones dEsoRdeNadas...