divendres, 30 d’agost del 2013

uN giOrNo dONuT




Me despiertan las campanas del Duomo. Bajo a almorzar a un café que hace esquina, como todos los bares buenos. Leo un poco mientras la chica me prepara un zumo de naranja que me exprime delante de mis narices. He decidido que hoy será día de relax, porqué a partir de mañana viajaré todos los días que me quedan. A la hora en que todos los guiris ya están comiendo, pruebo de acercarme a la Galeria Dell' Accademia, a ver si hay suerte y puedo ver el David aunque no haya hecho reserva previa. No hay mucha cola, así que me quedo, mientras dos españoles detrás mío se dan clases magistrales de arte, como para demostrar quién sabe más. Tras escasos 15-20 minutos de cola, consigo entrar, y encima gratis, como llevo haciendo durante años en los principales museos del mundo. dEsoRdeN facts. La verdad es que la obra es impresionante, aunque las proporciones entre cuerpo, cabeza, manos y pies parecen cosa de la restauradora del Ecce Homo. No puedo resistirme a hacerle un par de fotos furtivas, aunque está prohibido. Por qué nos gustará tanto hacr las cosas que están prohibidas? Visto todo el museo, me voy a buscar algo para comer, pero al pasar por el Campanile hay 0 personas de cola (la gente debe estar comiendo), así que opto por subir a ver Firenze desde las alturas. Gratis, por supuesto. Por qué nos gusta tanto presumir de las cosas que hacemos gratis? Las vistas son preciosas, aunque la subida es agotadora, y hace un sol y un calor que te mueres, y que provoca comentarios de complicidad y sonrisas con una turista yankee muy mona (No sé si ya lo había dicho, pero esto está plagado de yankees). Por qué nos atraen tanto las personas que hablan en otro idioma? (sabéis perfectamente que cualquiera que hable otra lengua ya tiene un punto de atractivo más, así de entrada. Esto es así). Casi a las 4, como unos ravioli con setas, y me voy a completar el día de museos con la Galleria Degli Uffizi. Sorprendentemente, la cola es escasamente de 2-3 minutos. Debe ser mi día de suerte. Entro, y no hace falta decir a qué precio. Es como un All-Star del renacimiento italiano: obras de Tiziano, Boticelli, Caravaggio, Michelangelo... que habías visto cuando estudiabas Historia del Arte en el instituto, ahora están ahí, delante de tus morros, con su majestuosa presencia. Ver una camiseta de Messi y a según qué chicas me parece extremadamente apropiado entre tanta obra de arte. Por qué en los museos siempre hay mujeres tan increíblemente preciosas e interesantes? Desde el museo veo como empieza a caer un chaparrón tremendo, y nos regala unas vistas del Arno y todos sus puentes realmente bonitas. Cuando salgo del museo, vuelve a salir el sol, y es que ya os digo que debe ser mi día de suerte. Me voy a descansar un rato, antes de las emociones balonpédicas..



Bufanda y mi niqui adecuadamente viola, y paseo hasta el Artemio Franchi. No puedes decir que no has estado en Italia si no vas al menos a una partita di calcio o a la Fórmula 1. Y aunque el GP de Monza me pilla justo este fin de semana, el fútbol se adaptaba mejor a mi calendario y mis bolsillos. Bocadillo de prosciutto e formaggio antes de entrar, y me encamino hacia la Curva Fiesole, donde están los aficionados más "divertentes", según me los definieron. Una manera como cualquier otra de nombrar a los ultras, que no paran de animar con sus enormes banderas desde el primer minuto. Muchos cabecillas ni tan siquiera miran al terreno de juego, porqué se pasan el partido de cara al público dirigiendo los cánticos que cantará la masa en todo momento, y haciendo levantar los brazos y tocar las palmas para acompañar la liturgia. La pasión y devoción con que lo hacen tiene algo de religioso, y en cierto modo es como estar asistiendo a una misa satánica en que unos pocos elegidos llevan a la masa alienada por donde ellos marcan. Todo el mundo ve el partido de pie, sobre los asientos, y hay momentos en que cantan al resto del estadio: "tutti in piedi, tutti in piedi, eh, eh!" Delante mío, 3 chicos tatuados se fuman un porro, y muchos otros hacen lo propio con sus cigarros. Esto, las bengalas y los lamentables gritos racistas haciendo el mono cada vez que toca el balón un jugador negro del rival son las cosas que me sobran, y que me chocan respecto a lo que puedo ver cada fin de semana en el Camp Nou. Me integro a los cánticos con la mayor naturalidad posible, y al final del primer tiempo un cabecilla insta a unos guiris (creo que yankees) a que aquí hay que cantar y animar. Con 0-1 al descanso y a un gol de la eliminación, me voy a ver la 2a parte más hacia el córner, donde el ambiente es más familiar y 'tribunero' (los habituales al Camp Nou sabrán a qué me refiero). Aquí se ve el fútbol sentado (escaleras de paso incluídas), se canta poco y se protesta y se cagan en sus propios jugadores cuando no dan dos pases seguidos. El sufrimiento de la gente es total, y entre los "imbecile" al árbitro y los "cazzo di merda" a los propios jugadores de la Fiore, se llega al final con final feliz: el 0-1 sirve, porqué habían ganado 1-2 en Suiza. En solo un segundo, las quejas se convierten en euforia y en el canto unánime de todo el estadio con el himno Viola. Los que hace un momento eran unos inútiles provocadores de sufrimiento vuelven a ser héroes generadores de alegría. La doble moral resultadista tan y tan conocida... (por cierto, Borja Valero es el jugador con más clase, con diferencia)



 Al volver, me apetece dar una vuelta antes de dormir, y me acerco a un pub que vi la otra noche. Rodeando el Duomo, empieza a oírse un rum rum que parece un gallinero. A cada paso, el rumor aumenta, y los gritos agudos son claramente femeninos. El Astor está lleno, dentro y en la puerta, y casi sólo se oye hablar americano. La confirmación de la plaga. Entro a tomar una copa, y al ir al baño, me topo de morros con una barbie que sale de uno de los lavabos de hombres; "there's a long queue in the ladies' one. Don't tell anybody, please". Un 'cómo te llamas?', un 'de dónde eres?' y unas pocas frases después, me planta su bonita cara y sus ojos azules a un centímetro, para decirme "wow! You've got beautiful eyes". Casi sin querer, es inevitable besarla, ni que sea a cambio del  cumplido. Sadie hace honor a la canción de los Beatles. Casi sin querer, lo que iba a ser dar una vuelta para coger el sueño se convierte en una juerga florentina en la que conozco a americanas, peruanas, un amigo suyo o incluso una catalana, porqué es imposible viajar y no encontrate algunos. Ahora que ya he ido al fútbol y de fiesta, ya me siento un florentino integrado al 100%...





3 comentaris:

Pio ha dit...

Miguel Angelo era un genio! a mi me dejó impactada, bueno y que tenía 17 años y lo acababa de dar en clase. Se supone que está hecho para verlo de lejos y desde abajo, no se si te fijaste que es bizco XD

Los Uffici son espectaculares, me muero por volver a ver el museo.

Anda que al fútbol, jajajaj esas cosas son muy tú. Tengo una amiga que es super fan de la Juve y hay que verla animar, da miedito XD

dEsoRdeN ha dit...

Hostia, pues en ese detalle no me fijé, pero sí en lo bien que había esculpido pequeños detalles como las venas de las manos o los pezones!

uy, pues mañana mi intención es ir a San Siro, que el Milan juega por la noche... XD

dEsoRdeN ha dit...

La Galleria Dell' Accademia, Cé :) Y la torre es el Campanile de Giotto. Menuda tela las escaleritas, eh? :) Ya, ya, tú como eres raruna, siempre a la contra... XD Hombre, no sé si exactamente como yo quería, porqué hay que fotografiar disimuladamente, y tampoco puede uno hacer muchas florituras. No sé si es más inteligente, o privilegiado, o diferente... pero sí que debe ser MÁS algo que los demás